Cómo jugar si quiere enriquecer... ¡Al Casino!

Durante los años que llevo investigando el juego de la ruleta, suelo encontrar en las mesas de ruleta, los siguientes tipos de jugadores:

La gran mayoría, (haciendo un cálculo somero, diría que un 95% de los jugadores) coloca sus fichas o créditos, al azar, intentando cubrir la mayor cantidad de números en el paño. Las cantidades de fichas que le colocan a cada número son igualmente indiscriminadas ‘las que caigan’.

Esta táctica tiene una pequeña lógica, sumar las posibilidades unitarias de cada número, que son bajas teniendo en mente una sola rodada (1 entre 38 = 2,6%), obteniendo en conjunto una posibilidad mucho mayor de acertar. Sin embargo, el hecho de no tener un criterio claro sobre la cantidad de fichas puestas a cada número suele conducir a que, generalmente el número ganador sea aquel en el cual el jugador había efectuado una de las apuestas más bajas, y por lo tanto, el premio recibido no alcanza a cubrir la inversión realizada, conclusión, aunque se acierte, financieramente se obtiene una pérdida, es decir, una vez le paquen su apuesta, el jugador tendrá de todos modos, menos dinero que cuando comenzó.

Seducidos por el acierto momentáneo, y sin tener en mente que han incurrido realmente en una pérdida, la tanda para estos jugadores suele terminar en una de estas dos formas: - Pierden todo en una sola rodada, pues el número ganador es precisamente uno de aquellos en los cuales no apostaron, o continúan acertando números, a veces con apuesta alta, pero la mayoría con apuesta baja, hasta que la sucesión de pérdidas financieras efectivas, merman totalmente el capital con el cual iniciaron.

Otro tipo de jugadores, (un 4%), entre quienes están los que frecuentan más asiduamente los casinos, manejan ciertas tácticas que yo llamaría ‘folclóricas’, queriendo decir con ello, primero que estas tácticas suelen transmitirse verbalmente entre jugadores, y segundo que las mismas no poseen ningún fundamento científico. Entre dichas tácticas esta por ejemplo, la creencia según la cual, la ruleta repetirá lo que ellos llaman ‘las jugadas’. Una jugada estaría constituída por una pareja de números que la ruleta ha arrojado en un momento determinado, los jugadores registran esta pequeña serie, generalemente en su mente, otra minoría lleva un registro escrito, y esperarán a que la ruleta repita uno de los numeros, para inmediatamente realizar su apuesta al número que según la ‘jugada’ debería seguir. Aunque estas coincidencias pueden darse y he visto que se dan, la frecuencia de dichas coincidencias es tan baja que, obviamente las veces que el jugador acierta con esta táctica es abrumadoramente menor comparada con la cantidad de veces que pierde y por lo tanto el saldo siempre será negativo. Sin embargo, como estos jugadores no suelen llevar un registro financiero de sus apuestas, enceguecidos por el júbilo momentáneo que les produce un acierto, no reparan en que es mayor el número de veces que pierde al número de veces que gana y en consecuencia, el dinero recibido por un acierto desaparece enseguida en una serie repetida de desaciertos.

En el último grupo están los que siguen algunas de las desastrosas tácticas sugeridas en algunos libros o en internet, como por ejemplo la martingala para apostar a rojos o negros, la serie Labouchere, etc. Estas técnicas fallan por diferentes causas. Primero su estrategia se centra exclusivamente en una pretendida ‘planificación financiera’ de las apuestas, consistente en ir aumentando las mismas paulatinamente, con el objetivo que el premio recibido en un acierto, cubra lo perdido previamente en los desaciertos y además se obtenga un excendente es decir, que haya ganancia efectiva. Sin embargo estas técnicas están mal diseñadas, algunas por exceso como en el caso de la martingala y otras por defecto como la serie de labouchere. Veamos a continuación unas tablas de inversión para verificar dichos errores.

Supónga que apuesta la primera vez y pierde, ¿qué cantidad de dinero debe apostar la segunda vez de modo que en caso de ganar, el dinero recibido como premio cubra lo invertido en las dos apuestas y además le garantice una ganancia?. Veamos la respuesta dada a este interrogante por diferentes sistemas.



Como puede apreciarse “la bondad” de la martingala estriba en que, asi se pierda una determinada cantidad de veces, al momento de acertar se recupera lo invertido en las apuestas anteriores y garantiza una utilidad constante. Sin embargo es preciso advertir “los venenos” de este sistema, obsérvese cómo al ir doblando la cantidad apostada esta crece muy rápido hasta el punto de llegar a superar la máxima apuesta permitida por la casa. Y por otro lado, la cantidad neta invertida aumenta en forma exponencial, aún más rápido, superando con creces la “banca” o cantidad de dinero disponible por el jugador. ¿Además llegar a arriesgar por ejemplo dos millones para ganar quinientos? esto es a todas luces ineficiente. Cuando las personas se acercan por primera vez al juego de la ruleta, les parece difícil que la misma llegue a arrojar una serie de más de cinco rojos o negros seguidos, sin embargo matemáticamente la probabilidad de esto es mayor que cero, es decir, existe y esto se ve agravado por la posible ocurrencia de los ceros.

Sistema Labouchere. Consiste en escribir una serie de números cualquiera, y comenzar a apostar la cantidad de fichas o créditos equivalente a la suma del primer y último términos de la serie establecida. Por ejemplo escribimos arbitrariamente la serie 1,2,3,4, de este modo la cantidad para la primera apuesta equivaldría a 1+4=5. En caso de perder, según el sistema debe agregarse la cantidad apostada a la serie, la cual quedaría 1,2,3,4,5 con lo cual la siguiente cantidad a apostar equivaldría a 5+1=6 y así sucesivamente. Si se gana, se cancelan entonces el primer y último terminos, en caso tal la serie quedaría 2,3,4 y se repite el proceso, supuestamente hasta que ya no queden números. Supongamos que un jugador apuesta a rojos y negros con este sistema, observemos en la siguiente tabla el comportamiento financiero de las apuestas suponiendo que se pierde repetidamente


en caso de tres desaciertos sucesivos, por más que el jugador consiga acertar ya estaría incurriendo en pérdida financiera, de este modo, si en la martingala se peca por exceso, en el Labouchere se peca por defecto. Resulta evidente el motivo por el cual, los sitios de internet que promueven estos sistemas son promocionados por casinos en línea, pues los incautos que caigan con esos ‘cantos de sirena’ dejarán todo su dinero en ellos. Por último, estos sistemas no nos dicen nada acerca de, a qué número o grupo de números debe apostarse para tener unas posibilidades razonables de ganar.

Si usted es jugador de ruleta y se encuentra dentro de uno de los tres grupos anteriores, con seguridad hasta la fecha el saldo de sus ganancias y pérdidas será a favor… ¡del casino!. Si no ha jugado nunca a la ruleta y quiere hacerlo ¡no emplee ninguna de las estrategias mencionadas hasta este momento!.